Hoy, hemos conocido los datos de la EPA del primer trimestre del 2014. Unos datos que reflejan una realidad desoladora y que nada tiene que ver con las expectativas triunfalistas creadas por parte del Gobierno durante las últimas semanas.

Esta tarde, en la Sesión de Control, el Ministro de Economía y Competitividad, Luís de Guindos, en una de sus intervenciones ante una interpelación, reconocía que la EPA del primer trimestre del 2014 había sido especialmente mala argumentando su carácter estacional y porque la semana santa había caído desplazada al mes de abril. Cuestiones que no son nuevas. Y si esto es tan evidente, ¿por qué el gobierno lleva días anunciando que los datos de la EPA son esperanzadores y que la EPA iba a ser muy positiva?

Sin lugar a dudas, “Repetir y repetir que el empleo mejora” es la estrategia utilizada por el gobierno para cambiar la percepción ciudadana sobre la situación económica del país. Pero, una falsedad por mucho que se repita no se convierte en verdad. Y hoy los datos publicados lo han puesto en evidencia. Con esta estrategia, el gobierno no va a conseguir revertir una situación que es más que preocupante. Lo único que consigue es indignar a los ciudadanos y a las ciudadanas.

En España se sigue destruyendo empleo. Hay casi seis millones de parados. Hoy, hay 2.4 millones de personas que llevan más de dos años buscando empleo, un millón más que cuando llegaron al Gobierno. Los hogares que tienen a todos sus miembros activos en paro se incrementan este trimestre en 53.100 hasta un total de 1.978.900. Y hay 768.800 hogares sin ningún tipo de ingresos. Desde luego, estos datos no marcan un cambio de tendencia hacia la recuperación.

Lo que sí resulta más que significativo es la caída espectacular de los activos. Hoy se ha publicado la mayor caída interanual de la población activa. Durante el último año hay 424000 personas activas menos y desde el segundo trimestre del 2012, estamos asistiendo a una caída histórica de la población que está dispuesta a trabajar. El abandono de la actividad ante la vuelta a la formación, ante la emigración o simplemente el desánimo es la nota más llamativa de los datos publicados. En cuanto los que emigran, podemos hablar de movilidad o de expatriación forzosa, pero en ambos casos, estamos asistiendo a una fuga de cerebros que pronto hará resentir nuestra economía. Los organismos internacionales así ya lo están señalando.