31.01.2025 Hoy es uno de esos días que te reconfortas con la política.
El papel de interactuar con la ciudadanía , escuchar y sentirse escuchada es una oportunidad que pocas veces disfruto. Les parecerá extraño pero real. Es difícil encontrar espacios para la conversación donde desaparezcan los eslóganes, los grandes titulares y seamos capaces de abrirnos a nuevos argumentos, realidades distintas a las nuestras o simplemente darse a conocer tal y como somos.
Todos nos sentimos con la verdad absoluta y no queremos que nadie nos de argumentos que contradigan los propios. Como dice siempre mi tío “todos van a la suya menos yo que voy a la mía”.
Pues sí, hoy ha sido uno de esos días en los que he podido abrirme a ciudadanos desconocidos y explicar qué hacemos los diputados.
Podría hablaros de tres situaciones vividas durante la mañana de hoy que radiografían la sociedad en toda su diversidad. Algunos nos desconocen , otros no nos entienden y los que dicen saber más de nosotros son los que absorben los lemas como esponjas y dan por ciertas coletillas sin corroborar nada de lo que critican.
Esto me ha ocurrido con el último taxista que me ha llevado a la estación. Era un hombre crítico pero apasionado en defender lo que cree. Respetuoso a la vez que contradictorio en algunos de sus posicionamientos. Pero era un hombre abierto a escuchar que quería entender, saber más de las cosas y eso para mi tiene mucha importancia.
Me ha llamado poderosamemte la atención de cómo ha defendido su “no” a la ley omnibus. No podía entender que hubiéramos incorporado en la norma una ley inquiokupa. Al explicarle que no era cierto lo que decía, me ha reconocido no haber leído la norma pero daba lo mismo porque repetía sin parar todos los argumentos de la ultraderecha. Me reconoció haber votado a Aznar, Zapatero, Rajoy, Podemos y Vox. Tenía la misma edad que yo pero nada que ver conmigo.
Un perfil singular e inconformista que nunca encontrará una posición razonable en la política. Es un hijo de la democracia pero no comparte ni la solidaridad intergeneracional ni un sistema que ayuda al más vulnerable. Son formas distintas de ver la vida a la mía pero eso no significa que no existan. No comparte que sea el Estado quien ayude a quien menos tiene y dice que sólo hay un partido que tenga sentido común. Y yo me pregunto: Es tener sentido común acabar con un sistema de prevención de emergencias y derivar su presupuesto a corridas de toros? Desde luego no tiene el mismo sentido común que el mío. Dicen que el sentido común es el menos común y cada vez estoy mas convencida de que es así. Pero en cualquier caso, llegada a mi destino, quiso alargar nuestra conversación 15 minutos. Porque por encima de lo que pensara quería entender y que le entendieran. Quería reivindicar su derecho a ser escuchado y agradeció mi actitud de escucha, deseándome poder encontrarnos en otra ocasión para continuar conociendo más dos mundos que son paralelos, el suyo y el nuestro. Una situación que a mi me da argumentos para dar valor a la politica. No todos defendemos el mismo modelo de sociedad. Votar es elegir un modelo de sociedad. Y es nuestro deber explicar para convencer. No se trata de vencer sino de convencer.

El segundo momento vivido hoy ha sido al enseñar el congreso de los diputados a un grupo de alumnos de ciclo formativo de un colegio de alcoy, espero que les haya sido interesante. Para mí una gran satisfacción acompañarles. Y descubrir que más alla de los tópicos hay más jovenes de los que parece a quienes les interesa la política
Y el primer momento del día a destacar , el taxista que me llevó al congreso. Jesús. Pacientemente escuchó mis razonamientos y al llegar me estrechó la mano, me pidió mi nombre y me agradeció la conversación mantenida. Tengo que confesaros que fue atípica. Hablamos de matemáticas y gobernanza política, de política y antipolítica. Una conversación que merece capítulo aparte.