Este 3 de junio hemos conocido los últimos datos del paro registrado en nuestro país. Mayo nos deja una cifra histórica: el nivel de desempleo más bajo de los últimos 16 años. Detrás de este dato no solo hay estadísticas. Hay una tendencia sostenida, una transformación estructural y una forma de hacer política económica con una clara orientación progresista.
Si analizamos los datos con detenimiento, el mensaje es contundente: el mercado laboral español no solo se recupera, sino que se fortalece. El desempleo femenino ha descendido en casi 30.000 mujeres solo en mayo, alcanzando su mínimo desde octubre de 2008. El paro juvenil, esa eterna asignatura pendiente de nuestra economía, también marca un récord: 171.003 menores de 25 años en paro, la cifra más baja de toda la serie histórica.
Este avance en el empleo no es solo cuantitativo, también es cualitativo. El número de contratos indefinidos firmados en mayo supera los 500.000, y ya son más de 15 millones los trabajadores con contrato estable. La temporalidad se ha desplomado por debajo del 12%, y entre los jóvenes ha caído del 54% al 19%. Hoy no solo se crea empleo: se crea mejor empleo.
La afiliación a la Seguridad Social también alcanza un nuevo máximo histórico, con 21,8 millones de personas trabajando en España. De los 2,8 millones de nuevos afiliados ganados en los últimos siete años, más de la mitad —1,5 millones— son mujeres. Nunca antes había habido tantas mujeres trabajando en nuestro país. Nunca antes habíamos tenido un mercado laboral tan amplio y tan sólido.
A ello se suma un dato que suele pasar desapercibido pero que dice mucho del esfuerzo de cohesión social: la tasa de cobertura del sistema de protección por desempleo ha alcanzado el 74%. Son 20 puntos más que hace una década. Hoy, quien pierde su empleo tiene más posibilidades de contar con respaldo institucional mientras encuentra una nueva oportunidad.
Sabemos que el contexto internacional no es sencillo. La OCDE ha rebajado sus previsiones de crecimiento para España ante la desaceleración exportadora provocada por los aranceles estadounidenses. Pero incluso en este escenario, España sigue siendo una de las economías que más crecerá entre las grandes economías avanzadas. Esa es la diferencia entre tener un rumbo claro y navegar sin brújula.
Frente a los discursos catastrofistas que niegan la realidad o solo buscan generar desconfianza, los datos nos dicen otra cosa: que el país avanza, que el esfuerzo colectivo da frutos y que hay una estrategia que funciona. Una estrategia basada en el trabajo digno, la estabilidad laboral, la protección social y la igualdad de oportunidades.
No es casualidad. Es política. Es proyecto. Es compromiso con la mayoría social.