8.01.2025
“Si no conoces la historia estás condenado a repetirla” es una frase que escuchamos muchas veces porque cierta es.
Hace unos años era improbable que alguien afirmara en público que cuando vivía Franco se vivía mejor en España. Era impensable que alguien lo hiciera porque los que así pensaban estaban escondidos, avergonzados de una época en la que el clasismo estaba institucionalizado, en la que no todos tenían ni los mismos derechos ni las mismas oportunidades. Los abusos de unos pocos sobre una mayoría silenciosa, la represión y el miedo eran una constante en la sociedad española alejada del exterior.
Era muy pequeña cuando murió Franco y he crecido con la democracia, pero no necesito haber vivido aquellos tiempos de dictadura para saber que no quiero que vuelvan.
Un observador objetivo puede verificar la realidad de los datos que nos atestigua que la democracia en España ha procurado los mejores años de paz, de prosperidad y de buenas oportunidades para una mayoría social.
Quizá sea este uno de los motivos por los cuales haya personas que piensen que no es necesario ni recordarlo ni hablar de ello. Pero la realidad internacional de estos últimos años y el avance de la ultraderecha, en nuestro país también, nos confirma la necesidad de hacerlo. De hecho, sólo el 8% de la población mundial viven en un país calificado como democracia plena según el Índice de Democracia Global 2023 de la revista británica The economist , como así lo enfatiza el portal estadístico statista.
Durante los últimos años vemos avanzar en el mundo los regímenes autocráticos. El fascismo y el nacismo que creíamos acabado ha renacido en Europa surgiendo con ello un nuevo desafío.
La defensa de la democracia es más necesaria que nunca y tenemos que fortalecerla, así lo ha manifestado el presidente del Gobierno de España en el acto institucional “España en Libertad” que ha presidido y que se ha celebrado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía junto a sus miembros del gobierno, sindicatos y asociaciones de memoria democrática.
Se abre una serie de actos con el objetivo de conmemorar el arranque del proceso que nos llevó a la DEMOCRACIA ante la muerte del dictador. Deberían ser actos que nos unieran porque por encima de nuestra afiliación política están la defensa de la democracia y el marco constitucional que nos une. Y para la celebración de los 50 años de España en Libertad CARMEN GUSTRÁN LOSCOS ha sido nombrada Comisionada. El partido popular siempre muestra reticencias a criticar el franquismo porque vienen de donde vienen. En Portugal la dictadura terminó con la rebelión de los claveles el 25 de abril de 1974. Es cierto que en España el dictador murió en la cama y no fruto de una rebelión, pero no por ello no debemos quitar importancia al hecho de que con su muerte acabó la dictadura.
Lo que conmemoramos es el fin de la dictadura y el inicio del proceso democrático.
Continuamente debemos fortalecer la democracia y como ha dicho el presidente, para conseguirlo debemos avanzar
- en derechos y libertades,
- en una sociedad más cohesionada,
- en la lucha contra las “fake news” y
- en el mejor conocimiento de nuestra historia
- intensificar la educación en valores democráticos.
Los que recuerdan con nostalgia tiempos pasados persiguen idílicamente privilegios de cuna y se aprovechan de la ignorancia. Nosotros no los recordamos con nostalgia, los recordamos para que no se olviden los duros tiempos que no queremos que vuelvan.
Por considerarlo obvio, olvidamos que hay gente que no sabe que, en aquellos tiempos, las mujeres eran por ley consideradas inferiores a los hombres. No podían tener una cuenta bancaria si no tenían autorización de su marido. El maltrato a las mujeres era asumido como una cuestión familiar. Durante los años 40 se prohibió el acceso de las mujeres, entre otras profesiones, a la abogacía del Estado, al servicio de Aduanas, a la inspección técnica de Trabajo, a la fiscalía y judicatura, etc. La única profesión liberal abierta a la mujer era también la peor remunerada: el magisterio.
Por considerarlo obvio, olvidamos que hay gente que no sabe que la censura, la persecución y la tortura a quien pensaba distinto era el pan de cada día. La desigualdad, la pobreza y el analfabetismo se encontraban en niveles insoportables. Había niños que empezaban a trabajar muy pequeños. Mi padre, hijo de una mujer viuda, con apenas once años, empezó a trabajar en una barbería. Afortunadamente, en 1978 se estableció la edad legal mínima para trabajar a la finalización de los estudios obligatorios y en 1980 con el Estatuto de los Trabajadores se incrementó a los 16 años.
Es para mí un orgullo haber nacido en una familia humilde y trabajadora. Mis padres son para mí un ejemplo de superación y me enseñaron el valor del trabajo y del esfuerzo. Siempre que tengo oportunidad le recuerdo a los más jóvenes, “estudiar es conocer para opinar por ti mismo, que nadie opine por ti, es aprender para saber hacer”. No se trata de aprobar asignaturas se trata del placer de aprender, de descubrir, de comunicarte mejor con otros diferentes al aprender nuevos idiomas y de aprender a mejorar la sociedad en la que vives. Conocer, poder opinar y desarrollarte personal y profesionalmente es una opción que un sistema democrático te permite hacer con libertad y que otros sistemas no te reconocen.
El orden y la seguridad en una sociedad no los da la opresión sino la educación en valores democráticos.
La democracia en nuestro país es mejorable, pero sin duda, es el mejor sistema conocido. El informe sobre la democracia en España 2023 de la fundación Alternativas manifiesta que la democracia en España está consolidada, pero aún queda mucho por hacer en términos de reforzar el papel de la sociedad civil y la participación ciudadana, limitar la injerencia del poder económico sobre el político y reducir las presiones externas en política internacional.