22.03.2023 Esta semana en el Congreso de los Diputados hemos rechazado (por 201 votos en contra, 91 abstenciones y 53 votos a favor) la moción de censura presentada por vox. Una inmensa mayoría parlamentaria hemo convertido en fracaso el intento de la derecha por desestabilizar al gobierno, por desprestigiar el parlamento y su trabajo durante la legislatura.
Ha resultado fallida e inútil la pretensión de la “ultraderecha” por convertir el parlamento español en un “circo”, quedando en evidencia que el único “esperpento y disparate” es tener en el parlamento partidos como vox y partido popular que han demostrado ni estar a la altura de nuestro país ni tener alternativa al gobierno. Vox ha “mal utilizado” un mecanismo constitucional como mera estrategia electoral sin mostrar capacidad de alternativa al gobierno y ha evidenciado su intención política destructiva y difusora de odio. Y, el partido popular ha mostrado su peor actitud de pasotismo ante una moción que era un ataque a la institución democrática del parlamento y ha sido incapaz de votar en contra
En la anterior moción de censura de vox, el pp de “casado” sí que votó en contra y ahora el “pp de Feijóo” se abstiene. Como dijo Feijóo, allá donde haya posibilidad gobernará con Vox y ese es el único motivo por el que se ha abstenido. Porque al fin y al cabo, vox y pp son lo mismo.
Porque no podemos obviar que la “moción de censura”, es un mecanismo constitucional recogido en el artículo 113 de la Constitución española para exigir responsabilidad política al gobierno. Una moción que debe tener carácter constructivo al recoger en el artículo 177 del Reglamento del Congreso de los Diputados la necesidad de que el candidato de la moción exponga el programa político del gobierno que pretende formar. Sin embargo, ni la moción de censura de vox , ni el portavoz que la defendió ni el supuesto “candidato” defendieron un programa de gobierno. Lo único que pudimos escuchar fue “insultos” y un diagnóstico catastrofista, incapaz de aportar soluciones y esperanza a la ciudadanía.
El Presidente del gobierno, Pedro Sánchez y su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, han sabido mostrar todo el trabajo y capacidad transformadora de un gobierno progresista ocupado, en todo momento, por dar respuestas ante la adversidad y los grandes retos a los que se enfrentamos como país. Respuestas muy diferentes a las que se dieron en el 2013 con el partido popular en el gobierno.
El gobierno ha movilizado todos los recursos posibles para atender la pandemia y los efectos de la guerra en Ucrania, ha posibilitado modificaciones legislativas para avanzar en la transformación digital y verde, frente a una derecha que ni ha aportado nada en positivo y ha hecho todo lo posible por poner problemas a las soluciones.
La moción ha resultado inútil como también lo son aquellos que son incapaces de arrimar el hombro ante las dificultades y están más preocupados por destruir al gobierno que por cohesionar y mejorar la convivencia de nuestro país.
Cualquiera que haya visto el debate de la moción habrá podido comprobar con nitidez dos modelos muy distintos de hacer política. Frente a los agoreros del apocalipsis se ha visualizado el «trabajo, diálogo y acuerdo» que representa el gobierno progresista liderado por Pedro Sánchez.
En definitiva, Fracasa la moción de vox y el gobierno sale reforzado y cohesionado. Gana la política útil que dialoga y acuerda.