El secretario general del PSOE aboga por los triunfos de Gabriel Echávarri y Ximo Puig

c. pascual/19.03.2015 | 08:30 Diario información

Los socialistas Ximo Puig, Pedro Sánchez y Gabriel Echávarri saludan a los militantes y simpatizantes al término del acto ayer, en el Palacio de Congresos de Alicante.

El socialista confía en devolver la «honestidad perdida» a la ciudad y a la Comunidad. «Me voy a dejar la piel para recuperar el orgullo de ser alicantino», dice el alcaldable.

Recuperar la «honestidad» y la «dignidad» para la ciudad de Alicante y para la Comunidad Valenciana. Éste fue el mensaje que más se repitió ayer durante la presentación oficial de Gabriel Echávarri como candidato del PSOE para la ciudad, en un acto donde el protagonismo recayó sobre el líder de los socialistas, Pedro Sánchez, que visitó durante apenas hora y media Alicante para acompañar al alcaldable en una puesta de largo que reunió a más de 600 personas en el Palacio de Congresos del Colegio de Médicos. El secretario general del PSOE aprovechó su intervención para criticar con dureza las políticas antisociales que ha puesto en práctica el Gobierno del PP, tanto en España, como en la Generalitat y en el Ayuntamiento de Alicante. De hecho, Pedro Sánchez presentó a los socialistas como la única alternativa para acabar con años de recortes con la firma de los populares. «Alicante tiene sed de cambio. Va a ser un orgullo tener un alcalde honesto en Alicante», aseguró Pedro Sánchez, en una de las escasas alusiones que realizó sobre el futuro de la ciudad, en un discurso en evidente clave nacional, que incluso contó con mensajes que traspasaron las fronteras, como el «apoyo» y la «solidaridad» que envió a las familias de las víctimas del ataque terrorista en Túnez.

En las palabras dirigidas a los militantes y simpatizantes alicantinos, Pedro Sánchez lanzó un «dardo» contra una de las rivales de Echávarri en las urnas el próximo 24 de mayo. «Estoy convencido de que ha acabado el tiempo de Rajoy, Fabra y de Castedo, Y de su sucesora…», señaló el líder de los socialistas, que no dudó en allanar el camino de Echávarri al recordar uno de los puntos «flacos» de la candidata del PP en la capital de la provincia y actual consellera de Bienestar Social: «Como [Sánchez Zaplana] lo haga aquí igual que con los dependientes, mal van a ir los alicantinos». Y es que Pedro Sánchez intentó no dar puntada sin hilo. Habló poco de Alicante y de la Comunidad Valenciana, pero cuando lo hizo supo elegir el mensaje. Habló de corrupción, al pedir que la «honestidad» regrese a un territorio castigado por continuas prácticas políticas ilegales en los últimos años; recordó las medidas más controvertidas de la principal rival de Echávarri en las urnas, con el copago de los dependientes en la Comunidad; e incluso tuvo palabras para RTVV, al recordar la discutida objetividad de TVE.

Pero Pedro Sánchez sobre todo habló de España. Admitió que hay una «mejora del entorno económico» en el país, aunque subrayó que «a pesar de Rajoy». «El relato del PP está reñido con la verdad ya que la recuperación no ha llegado, la gente sigue sufriendo y la derecha ha aprovechado la crisis para recortar derechos. De qué presume Rajoy si España es el país que más ha crecido en desigualdad y en pobreza de la UE», se preguntó el líder de los socialistas que se mostró próximo a los pensionistas, a los jóvenes que han emigrado por la crisis, a los millones de parados y a las mujeres. «Defiendo la España de las oportunidades, un proyecto dirigido a la creación de empleo de calidad frente a las consecuencias actuales de la reforma laboral del PP», continuó un Pedro Sánchez aclamado por los suyos y a los que envió un mensaje para terminar a apenas dos meses para una decisiva doble cita electoral: «Que nadie nos gane en ganas de ganar».

Sin política en los yates
El acto que concluyó con las palabras del secretario general del PSOE tuvo como su primera voz a Gabriel Echávarri. El alcaldable por Alicante, que destacó la amistad que le une con Pedro Sánchez en el inicio de su intervención, recordó sus orígenes humildes: con una madre ama de casa y un padre camarero. En su discurso más político, el candidato socialista volvió a subrayar la «honestidad» como base de su proyecto. «Hemos perdido el orgullo de ser alicantinos. Vamos a dejarnos la piel para recuperar ese orgullo que hemos perdido tras veinte años», señaló el alcaldable del PSOE, para quien el PP «ha gobernado pensando en sus amigos». «Conmigo el futuro de Alicante no se decidirá en la cubierta de un yate», añadió, en una evidente alusión a la propiedad del constructor Enrique Ortiz y por donde han pasado en los últimos años los principales dirigentes de la ciudad, incluidos Díaz Alperi y Castedo.
Sobre el equipo de personas que le acompañan en su camino hacia el Ayuntamiento, Echávarri destacó que forman parte de una «nueva generación de políticos que no soportan lo que pasa ahí afuera». Por último, el candidado socialista anunció que, si es el próximo alcalde de Alicante, su primera firma irá en un decreto para abrir los comedores escolares este verano. Además, aprovechando las circunstancias, se dirigió a Puig con una lista inicial de peticiones. «No queremos ser más que Valencia, pero sí iguales. No trocees la Ciudad de la Luz y trae a Alicante una sala del Tribunal Superior de Justicia, pero que no sea la penal, no queremos ver a Camps y a Ricardo Costa desfilando por la Explanada». Para terminar también pidió un esfuerzo a su gente: «Quiero motivación para cambiar lo que no nos gusta».