La Fiesta de Moros y Cristianos es una fiesta en la que historia y tradición se alían con la música para convertir las luchas históricas entre dos culturas, la musulmana y la cristiana, en una representación en la que se ha superado toda idea de confrontación real y en la que el respeto es la base de la convivencia. Es una fiesta que expresa la identidad de un pueblo, que con dedicación y esfuerzo, año tras año, ofrece al público sus mejores desfiles y actos festivos de reconocido interés, como los de las fiestas de Alcoy, declaradas de interés turístico internacional. La Fiesta de Moros y Cristianos se representa en muchos lugares de España, con un fuerte asentamiento en los pueblos de la provincia de Alicante. En cada uno de ellos la fiesta tiene su singularidad y sus peculiaridades, que en su práctica totalidad van asociadas a la devoción de su patrón o patrona, pero en todos ellos son elementos comunes y característicos la creatividad plástica y artística desarrollada en los desfiles, la singularidad y especificidad de la música que se interpreta, la solemnidad de los actos religiosos y la recreación de los actos históricos de las embajadas y de las batallas. Son de relevancia en la fiesta la creatividad plástica y artística, la belleza y el color que muestran las telas, el brillo de los metales utilizados en los trajes que exhiben las festeras y los festeros y la disposición de carrozas. Todos ellos convierten el desfile en una representación viva en la que el ingenio y la imaginación son claves para conservar la tradición y, al mismo tiempo, para introducir novedades que sorprendan y encandilen a un público cada vez más exigente. Con el transcurso del tiempo han ido adquiriendo mayor importancia en los desfiles la interpretación creativa de los elementos culturales y antropológicos propios de las culturas protagonistas de la fiesta, la musulmana y la cristiana; unos elementos que en su fusión y mestizaje histórico han generado una de las bases fundamentales de nuestra cultura común y de nuestra forma de ser y de sentir. Destacan en ellas especialmente la creatividad y la especificidad musical. Las escuadras de festeros y festeras desfilan acompañadas de numerosas bandas musicales, que interpretan en directo piezas musicales que han sido creadas específicamente para las fiestas de moros y cristianos -pasodobles y marchas moras- y generan una banda sonora única y específica. La vistosidad y la belleza plástica se fusionan de esta manera con la calidad y la armonía de la interpretación musical, ofreciendo al espectador una estampa visual y sonora única de desbordante belleza y emotividad sentida. No es de extrañar que la Comunidad Valenciana, donde las fiestas de moros y cristianos tienen un especial arraigo, cuente con el mayor número de sociedades musicales, la mitad de las sociedades de toda España. También es frecuente la inclusión de coreografías inspiradas en los elementos culturales y antropológicos cristianos y musulmanes, que son interpretadas en la calle por compañías de danza y ballet; creatividad plástica, musical y coreográfica puesta al servicio de una fiesta que consigue que el espectador rememore visual, auditiva y emocionalmente tiempos históricos pasados a través de una exhibición que combina belleza, vistosidad, diversidad y armonía. Pero además, la fiesta de moros y cristianos ha sido y es la catalizadora de un importante sector económico. Ha nacido asociada a la fiesta toda una actividad económica manufacturera, artesanal, de diseño creativo y musical y de turismo que es fuente de creación de empleo. Las fiestas de moros y cristianos son sin duda una espléndida recreación histórica y antropológica en la que cultura cristiana y musulmana comparten protagonismo. En ellas se transmite el conocimiento de las distintas culturas, ensalzando por igual su fuerza, energía y singularidad, sin que en ningún caso se menosprecien y utilicen de manera peyorativa sus rasgos diferenciales. El respeto a la diferencia cultural y el diálogo entre civilizaciones y culturas, tan necesarios para conseguir la cohesión social y la convivencia en paz, vivifican la Fiesta de Moros y Cristianos y la convierten en ejemplo de armonía y de concordia. Esta armonía y esta concordia en la diferencia y en la diversidad se muestra también en la presencia en la fiesta de grupos culturales diferenciados dentro del mundo cristiano y del musulmán; distintos son, por ejemplo, los labradores, los contrabandistas o los mozárabes en la cultura cristiana y también distintos son los bereberes, los berberiscos piratas o los mudéjares en la cultura musulmana. La fiesta muestra también, pues, la variedad y la diversidad dentro de los patrones culturales musulmán y cristiano.

En definitiva, las fiestas de Moros y Cristianos son un rico patrimonio de creatividad plástica y musical puesta al servicio de la recreación histórica, cultural y antropológica que exalta la convivencia y el mestizaje entre la cultura cristiana y musulmana como base histórica de nuestra cultura común. La armonía y concordia entre culturas sirve de base al estallido de emociones y sentimientos que se concentran en la Fiesta de Moros y Cristianos. Esta fiesta debe ser considerada como una de las manifestaciones culturales y antropológicas más peculiares de nuestro país y que, a nuestro modesto entender, tiene merecida su declaración como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Unesco por la importancia que tiene en la promoción de la protección del patrimonio vivo y de la creación plástica y musical, así como por el significativo papel que desempeña en ella la tolerancia, el diálogo cultural y el respeto a la diversidad. Por todo ello, el Grupo Socialista dará su apoyo a la inscripción de la candidatura de las fiesta de Moros y Cristianos que se celebran en España como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Unesco.