29.10.2025

Hoy, hace un año de la DANA, el Pleno del Congreso ha comenzado con un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas.

Un silencio rotundo, pero también tenso. En la bancada popular se percibía la incomodidad de quien prefiere convertir el dolor colectivo en arma política. Han decidido transformar la sesión de control en un ejercicio de “ataque como mejor defensa”. Lamentable.

No han entendido que hoy era un día de duelo, de acompañamiento, de respeto. Incluso han intentado, una vez más, reescribir la historia.

Critican que hace un año no se suspendiera el pleno, cuando en realidad ellos mismos lo propusieron al día siguiente, el 30 de octubre, después de aprovechar la sesión de control para cargar contra el Gobierno.

Por eso hoy recupero un artículo que escribí entonces y que no llegué a publicar, por respeto al momento que estábamos viviendo. Se titulaba “Desesperación”, y decía así:

“30.10.2024. Desesperación, angustia y dolor. Son palabras, pero el sentimiento que desprenden te deja sin aliento. No saber de tus seres queridos, escuchar testimonios pidiendo auxilio y sentir la impotencia de tus posibilidades de acción es una pesadilla por la que nadie queremos pasar.

Gestionar esos momentos de crisis son fundamentales y reconozco que no es fácil.

Hasta que mi hermano no me confirmó ayer que había regresado a casa después de estar siete horas en la carretera no pude respirar. Es imposible ponerse en el caso de todas las familias que a estas horas desconocen el paradero de un familiar o conocido, pero sabes que se está viviendo una tragedia.

Pero ¿cómo tenemos que reaccionar? ¿cómo gestionar la tragedia? ¿cómo no caer en la tentación de ser partidista? ¿cómo dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía?

Aquí, sentada en el hemiciclo, siento la necesidad de escribir, siento la necesidad de transmitir cómo me siento.

Vivimos uno de los momentos de mayor tensión política y social. 

Ver la bancada vacía de la mitad del hemiciclo es la imagen de la fractura política que vivimos y que el partido popular se empeña en trasladar a la sociedad.

No reconocer la institución y las mayorías no es la solución.

Dar respuestas es nuestro objetivo. No lo es, aplazarlas.

Y, esa es la función del parlamento.

Ni en los momentos más difíciles de la pandemia, dejamos de convalidar reales decretos de ley, dejamos de aprobar leyes.

Los desplazamientos no están recomendados ahora mismo e incluso algunos viajes por tren están suspendidos.

Por tanto, es coherente suspender la sesión de control al gobierno y mantener la actividad legislativa. Cumplimos con nuestro deber como parlamentarios. Porque estamos donde debemos estar.

Se puede entender o no, pero afrontar las situaciones forma parte del servicio público. Esto no va de abandonar tu responsabilidad escondiéndote detrás de la tragedia o de echar las culpas a otros.

Si hubiéramos suspendido a petición nuestra la sesión de control nos hubieran acusado que queríamos no dar explicaciones. Esconder el caso Errejón o cualquier otra noticia.

El partido popular y vox, antes del pleno, no pidieron la suspensión del pleno. Lo hicieron después de tres preguntas. En la primera, acusaban al gobierno de ocupar las instituciones, de no ser limpio y transparente. En la segunda, acusaban a la vicepresidenta segunda de encubridora por el caso Errejón. Y, ya, en la tercera, acusaron al gobierno de estar allí sentados en vez de estar haciendo frente a los sucesos del Dana. No solicitaron la suspensión del pleno, directamente señalaron con el dedo. Ante tal acusación, nuestro portavoz dijo que entendía que se suspendiera la sesión de control al gobierno si así se consideraba. Una afirmación a la que Compromís se sumó. Pero, desafortunadamente, la derecha está situada en el enfrentamiento estéril y quiso aprovechar la ocasión para arremeter nuevamente contra el gobierno y contra los que no piensan como ellos.

Aprobamos el real decreto ley de Radio Televisión Española para evitar situaciones de bloqueo y para garantizar la pluralidad política. No convalidar la norma no soluciona nada, sino que genera más problemas. El partido popular dice que queremos controlar porque es lo que ellos siempre hacen. Practican muy bien la política del embudo.

Habrá tiempo para poder sacar conclusiones y analizar lo ocurrido, pero lecciones de la derecha de este país ninguna.

El cambio climático es una amenaza que está presente y la derecha lo niega constantemente. La crítica siempre es saludable desde el punto de vista democrático, pero abandonar las instituciones nunca es la solución. Abandonar los escaños por no compartir las decisiones adoptadas les deja en evidencia. Cerrar el parlamento no es la solución.”

Un año después, mantengo cada una de las palabras que escribí entonces: La derecha española sigue practicando la política del embudo.

Nos acusan de “asaltar RTVE” cuando podemos constatar que hemos garantizado pluralidad y audiencias récord.

Nos acusan quienes controlan À Punt, la televisión valenciana que emitió una corrida “histórica” para tapar las manifestaciones que pedían la dimisión de Mazón en Valencia y Alicante.

Nos acusan quienes desviaron fondos de emergencias para financiar festejos taurinos.

Nos acusan quienes pusieron al frente de emergencias, al inicio de la legislatura, a un torero.

Nos acusan quienes no han parado de lanzar bulos como que las ayudas se tenían que devolver, cuando no es verdad, o incluso, hoy mismo, acusándonos de maquillar las cifras de víctimas.

Hoy, el presidente, la vicepresidenta y las ministras han vuelto a estar a la altura.

De cada 100 euros invertidos para paliar los efectos de la DANA, más de 89 provienen del Gobierno de España.

Pueden consultar toda la información en este enlace: http://infodanarecuperacion.es/visor

Han mostrado empatía, compromiso y respeto en todo momento.

Mientras tanto, hemos tenido que escuchar a la portavoz del Partido Popular, Esther Muñoz, llamar al presidente “peligroso, indecente y farsante”.

Y cuando preguntó retóricamente “¿saben lo que es la inutilidad en política?” y el hemiciclo respondió “¡Mazón!”, se sintió insultada y exclamó “¿Por qué insultan?”

De verdad, ¿Decir Mazón es un insulto? Lo que es insulto es su actitud, lo que es un insulto es que el president de la Generalitat valenciana no estuviera al frente de la emergencia. Que no estuviera donde tenía que estar. Lo que es un insulto es que Mazón haya mentido.

Mazón no ha parado de faltar a la verdad pero ya sabemos que para el Partido Popular mentir no es ilegal. En lugar de asumir sus responsabilidades, han decidido canalizar su frustración en forma de odio contra el Gobierno de España. Y al mantenerlo Feijóo durante todo este año él y todo su partido se han convertido en cómplices de tanta indecencia.

La semana próxima empezaremos la comisión de investigación en el congreso. Por primera vez comparecerán las víctimas. En las cortes valencianas se las ha vetado.

Más que nunca, y en un día de dolor REIVINDICAMOS MEMORIA, RESPETO Y RESPONSABILIDAD.

Y, esta tarde, en el Acto de Estado se rendirá homenaje a las víctimas, a los miles de voluntarios y a tod@s quienes siempre estuvieron ayudando.